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viernes, 5 de junio de 2015

Mi felicidad en verso


Tú te preguntas cosas como que si soy capaz de escribir la felicidad en verso y yo me pregunto si de verdad aún no sabes que eres el poema que habla de ello.

Yo lo sé desde el día que me besaste y el cielo se puso a llorar, como si llevase dieciocho años queriendo que sucediera y le ardieran las mejillas de esperar.

Yo lo sé desde que quisimos conjugar el invierno y se nos echó encima la primavera antes de tiempo, envolviendo de calor las manos que unimos al caminar.

Yo lo sé desde que el solos que me provoca tu sonrisa cierra cicatrices y hace de mi boca sadomasoquista una suicida estrellada en tus labios.

Yo lo sé desde que los "quédate" comenzaron a borra miedos y a besarme la vida las tardes en las que estás.

Yo lo sé desde que te veo bajar de un bus como quien baja de un precipicio para poner los brazos y salvarme de mis caídas.

Yo lo sé desde que las únicas heridas que preveo en un futuro junto a ti son los arañazos que quiero que dejes en mi cuerpo.

Yo lo sé desde que este es el único poema que no puede tener un final, porque eres inmensa, al igual que mi felicidad.