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viernes, 5 de junio de 2015

Dentro del problema está el poema


Ahora mismo suena La noche eterna y cierro los ojos con la esperanza de encontrarte al abrirlos.
Pero no estás.
Todas mis paredes lo saben.
Saben de ti y de lo mucho que te necesito siempre.
Saben hasta aquello de lo que todavía yo no tengo ni idea.
Saben de tus piernas rodeándome la cintura.
Saben lo de tu piel.
Lo saben todo, pero a la vez nada, porque solo se puede conocer aquello que tiene límite y mi x tiende a infinito.

Que no me hablen de echar de menos cuando a mí me falta el aire si no estás.
Que no me hablen de destrucción si no te han oído llorar.
Que no me hablen de dolor si no saben lo que no es tenerte aquí follándote a ti y a tu corazón.
Que no me hablen si no es para hablar de ti.

Sí, hoy estoy irascible, pero a pesar de todo te tengo y mientras el sufrimiento se desinfla yo me lleno más de ti y de estas malditas ganas de huir de todo contigo, de romper estas paredes que tanto creen conocerme para destruir las tuyas como si fuesen el muro de Berlín.
Solo que esta vez, solo nos salvamos dos.

Y créeme que es suficiente.