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martes, 10 de mayo de 2016

(A)manecer

La tierra ya no usa mis pisadas
desde que llegaste una noche
y me susurraste al oído
que me esperabas en una nube
cargada de tormentas de poesía.

En mi habitación han crecido rosas
en cada una de las cuatro esquinas
y en mi cama ya no hay sitio para el silencio
cuando, sutilmente, me acuerdo de ti.

Juraría que cuando camino por la calle
en los balcones se asoma el arte
para arrojar tus palabras desde las ventanas
y llenarme la sonrisa de futuros.

Ahora entiendo que la vida es algo que hay que vivir
porque te vivo a ritmo de canciones
que gritan a los cuatro vientos
la historia de aquel día en que decidiste
arriesgar todo por mí.

Ya no conjugo tiempos, sino colores
y esto lo sabe la gente que mira mis fotos
y ya no ve mi corazón en blanco y negro.

Quererte no es una opción.
Es un manual de supervivencia
ante todo lo que me perturba.
Me enseñaste a matar monstruos

y ahora yo quiero ser la que te muerda por las noches.